Dolor de oídos en los niños
El dolor de oídos es una afección muy común en los niños, lo que la convierte en una de las razones más frecuentes por la que los padres llevan a sus hijos al pediatra.
Suele presentarse cuando se produce una inflamación de alguna de las estructuras internas o externas que forman el oído, lo que se denomina “otitis”. Esta inflamación u otitis, puede tener una causa infecciosa (es decir, un sobre-crecimiento de virus o bacterias) o no infecciosa (por ejemplo, alergias, cambios de presión del aire, acumulación de líquido detrás del tímpano, etc.). Los niños menores de 5 años son quienes más se exponen a contraer infecciones de oído, sobre todo después de haber tenido una infección de las vías respiratorias (como un resfriado).
¿Cómo saber si mi hijo tiene una infección de oído?
Puedes buscar los siguientes signos:
- Dolor de oído (sobre todo al masticar, succionar o estar acostado)
- Enrojecimiento o hinchazón del oído externo
- Estirarse las orejas o frotarse las orejas
- Secreción de líquido desde el oído
- Dificultades para escuchar
- Sensación de tener el oído tapado o lleno
- Inquietud o irritabilidad
- Vómitos
- Dolor de cabeza
- Fiebre
Si presenta estos síntomas y no desaparecen en un tiempo razonable (uno o dos días), o si empeoran de forma rápida, debes acudir al pediatra. Este especialista, realizará algunas preguntas y hará una exploración general y una de los oídos con el otoscopio, con lo que podrá hacer el diagnóstico de otitis, definir el tipo e indicar el tratamiento más adecuado según el caso.
Aunque esta es una enfermedad frecuente y habitualmente con buena evolución, debemos vigilar las molestias del niño y consultar al pediatra, especialmente si este es menor de dos años, ya que no está exento de complicaciones.
¿Qué hacer para evitar las infecciones de oído en mis hijos?
Recuerda que el mejor remedio es la prevención.
- Vacuna a tu hijo contra el neumococo (PVC) y contra la influenza (gripe), las cuales reducen las probabilidades de contraer infecciones del oído medio.
- No limpies los oídos de tu hijo con hisopos ni con objetos afilados.
- No permitas que su hijo sea fumador pasivo (exponerse al humo del tabaco fumado por otras personas) y evita que pase mucho tiempo con personas resfriadas (ambas cosas pueden aumentar las probabilidades de desarrollar infecciones de oído).
- Ayuda a tu hijo a desarrollar el hábito de lavarse las manos, sobre todo después de jugar con otros niños.
- No le des el biberón a tu bebé mientras esté acostado.
- Pregúntale al pediatra de tu hijo si los tapones para los oídos o unas gotas especiales para los oídos son una buena idea para un niño que practica natación.